Sobre mareas vivas, cables en el mar, bochorno, tiburones, amagos de galernas, rojas puestas de sol y casi medio metro
Era el segundo día de bochorno, de viento del sur, esta vez más fuerte que el lunes. Coincidió que ayer eran mareas vivas, las más vivas del verano, con la pleamar en mitad de la tarde, así que la ingente cantidad de ciudadanos ávidos por pegarse un baño y mitigar el calor se apiñó en unos pocos metros cuadrados de arena.
La superficie apta para tender la toalla se redujo aún más por las obras para meter otro cable submarino en dirección Reino Unido que hará nuestras conexiones a Internet aún más rápidas.
El refugio estaba en el agua. Estaba fría, muy fría. La megafonía de la playa hablaba de 18ºC, y para colmo el día anterior se vieron tiburones entre Sope y La Salvaje, tiburones azules, tintoreras, animales inofensivos para todos salvo para los más aprensivos. Rompía una olita en pleamar, solo apta para corchopanes grandes y gente menuda.
No tardó mucho en entrar la galerna, o el amago de galerna. Primero llegó el viento del mar y de golpe el bochorno desapareció. El haber llevado una rebequita a la playa con 35ºC a la mañana hubiera sido una opción de locos, pero hubiera venido bien.
El mar empezó a escupir olas cada vez más grandes, sin orden ni concierto, todas seguidas, pero lo más grande que se ha visto en un mes. Según fue bajando la marea, también lo hizo el sol, dejando una de las más bonitas puestas de sol del verano y la esperanza de tener olas hoy. No, no las hay. Con suerte, quizá algo surfeable el viernes a la mañana.
Solo describes el dia de ayer, pero que fino te ha quedado. Chapó.
ResponderEliminarEstuve hablando con alguno de losbtrabajadores y me comentó qué el cable es el mismo, la anterior vez lo qué colocaron fue, digamos, una guía para el cable en si. O eso le entendí yo.
Un saludo.
Y no hay mas costa que tiene que ir a meterlo por sope?????????
ResponderEliminarFotos y descripción apocalíptica de lo que acontece a estas alturas del partido. A ver si llega la fuerza bruta y desaparrce hasta la maquinaria pesada de la costa
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