Ayer fue un día complicado para acertar dónde surfear. Muy grande en algunos lugares, demasiado pequeño en otro. Y las mareas vivas apareciendo para complicar todavía más la cosa.
Pocas veces asistimos a ver cómo pasamos de un mar plato, completame sin olas, a tener más de un metro en cuestión de muy pocas horas, y ayer fue uno de esos días.
Rápidamente, después de un buen baño en un mar fuerte y ordenado ayer a la tarde, con total ausencia de viento, tiré un par de fotos para inmortalizar el momento.
Llevaba varios días sin pasarme por la playa, sin meterme al agua, perdiéndome algunos baños que, según mis amigos, fueron bastante decentes. Ayer no quise dejar pasar la oportunidad.