Live to sea es otra película más de un surfista en busca de olas buenas en lugares en los que se supone que no debería haberlas. Esta vez le toca a Suecia.
No deja de sorprendernos los vídeos de la campaña de O’Neill para este verano: el Unreasonable Surf Film Festival. En “Antonym – Beyond the Waters“, Johan Perjus y Freshteh Piltan llevan el surf a la más inesperada de las regiones de nuestro planeta, el desierto. Filmando el surf en acción y cambiando el contexto, Johan y Freshteh presentan una película que explora la creatividad, pero también nuestra dependencia de los océanos.
Johan Perjus y Freshteh Piltan (ambos de Suecia), directores en B-Reel Sweden, han creado anuncios comerciales para H&M, Target, y otros clientes globales.
Si os habéis dado un paseo por las playas del Cantábrico estos días quizá os hayáis encontrado con las dichosas rueditas que aparecen de vez en cuando.
Llevo viéndolas aparecer y desaparecer durante ya bastantes años en la orilla del mar y siempre me había preguntado de dónde salían y quién era el guarro que las tiraba al mar. Y no era el único con las mismas preguntas, los chicos de Surfrider Foundation Europe también se las hicieron hace unos meses y empezaron a investigar hasta que supieron qué estaba pasando.
Las rueditas están hechos de polietileno de alta densidad como algunas bolsas de plástico, envases de alimentos, detergentes y otros productos químicos ,cascos, rodilleras, coderas. Sirven como biosoportes , es decir, son casas donde puedan vivir y reproducirse las bacterias, que se alimentan de la materia contaminante, depurando así el agua. AQUÍ teneís una descripción detallada de cómo funcionan.
Se usan donde haya aguas fecales o residuales, como en depuradoras, piscifactorías, barcos, trasatlánticos, empresas de alimentación etc. Donde haya una depuradora posiblemente usen las rueditas. AQUÍ teneís un listado de algunas empresas que las usan, muchas de ellas españolas.
Cuando las rueditas o biosoportes finalizan su ciclo de vida hay dos posibilidades: Retirarlas y reciclarlas, o simplemente dejarlas fluir con el agua llegando así a las playas.
Está claro que ciertas empresas optan por esta segunda solución o han tenido algún problema al aplicar la primera. Y no tienen que ser empresas cercanas a nuestras costas, la tecnología de los biosoportes está globalizada, así que la ruedita que ha aparcado en tu playa puede haber llegado desde Suecia o Dinamarca arrastrada por las corrientes.
¿Deprimente no? ¿Y qué hacen las administraciones públicas, la Unión Europea, para investigar quien es el que contamina para posteriormente castigarle?
Es curioso, las misma herramienta que sirve para descontaminar el agua es justamente la que contamina el mar. El descontaminador contaminante.