Así se debió sentir la chica que ayer cayó con su coche por un acantilado en Laida. El coche quedó con la parte delantera incrustada entre las rocas y el agua y fueron los surfistas que estaban allí los que la socorrieron y la acercaron a la playa.
Si llega a pasar la semana pasada, cuando no hubo olas, igual no se hubiera dado cuenta nadie.