Nusa Lembongan, a tan solo 30 minutos en barco de Bali, alberga algunas olas de gran calidad en sus costas, pero es Shipwrecks la más apreciada. Es una derecha larga para casi todos los niveles cuando está pequeña, pero tubera y con mucha fuerza cuando pasa del metro y medio.

Nusa Lembongan está a tan solo 30 minutos en barco desde Bali, pero definitivamente ofrece una experiencia más relajada tanto dentro como fuera del agua. 

Esta ola, situada en Nusa Lembongan, a un pestañeo de Bali, ha cambiado desde que el último naufragio llegó al arrecife en septiembre de 2021, pero sigue siendo de toma pan y moja.

En Nusa Lembongan, a tan solo 30 minutos en lancha desde Bali, ofrece los tubos más fáciles de todo Bali.

on la falta de olas que tenemos por aquí ver vídeos de olas tan bonitas y fáciles como el de ayer en Playground y Lacerations no es recomendable.

No hay que ser muy listo para comprender de dónde le viene el nombre a esta ola.

A tan solo media hora en barco de Bali, Nusa Lembongan ofrece la misma calidad de olas pero con bastante menos gente.

Nusa Lembongan, a solo una hora en barco de Bali, es un pequeño islote que aun mantiene la tranquilidad de la que carece gran parte de Bali. Allí Kelly Slater, Ace Buchan, y Yadin Nichol, se pudieron pegar un gran baño alejados de otros congestionados picos balineses.

Lacerations en inglés, una ola situada en Nusa Lembongan, entre Bali y Lombok, que debe su nombre a que son pocos los que salen del agua sin un recuerdo del arrecife.

El pasado fin de semana funcionó a la perfección haciendo las delicias de los surfistas allí presentes.

Leo un artículo en el News Com, una web australiana, sobre un surfista australiano condenado a un año de prisión por una discusión sobre una factura de hotel. Paul Conibeer, ese su nombre, documentó su estancia con un móvil de contrabando en el Hotel K, una forma sarcástica de llamar a la prisión de Kerobokan, en Bali, un lugar donde se hacinan más de 1.000 presos y un puñado de turistas.

Denham Hitchcock, un periodista, decidió entrar al infierno para contar a sus compatriotas el lado más oscuro del país, ese que no viene en ninguna guía turística, y en el que cualquiera se puede encontrar cuando se mezcla la mala suerte y la falta de cuidado.

Este verano está siendo especialmente trágico en las costas indonesias. A la muerte de dos surfistas el pasado agosto hay que sumarle la muerte de otros dos surfistas más durante el comienzo del mes de septiembre. Un surfista autraliano ha muerto en Lombok mientras surfeaba, mientras que otro todavía continua desaparecido después de que no volviera de surfear en la isla de Bali.