Baño a la desesperada

Esperamos dos días con olas en busca de mejores condiciones en el mar. Siempre el viento onshore, siempre olas revueltas. Hasta el domingo.

Ya no aguantamos más. El viento seguía soplando y las olas eran un auténtico caos en una mañana nublada y fria para estar en pleno agosto.

Hicimos de tripas corazón y nos pusimos el traje largo a medias entre la resignación y la esperanza que se ordenara algo el mar en las dos horas que ibamos a estar en el agua.

Fue bajar la cuesta y el cielo se cubrió de espesa nubes que no dejaban pasar ni un solo rayo de sol, y el viento del noroeste arreció.

Lo único positivo es que pero no se podía poner. Me gustaría decir que según el tiempo fue pasando en el agua, el mar se ordenó y empezaron a bombear olas perfectas para los cuatro que estábamos ahí, pero no. Tampoco lo pasamos mal. Había que remar todo lo que llegaba porque, con tanta anarquía, no se podía saber qué ola te iba a llevar, o cúal te iba a abrir.

Fue un baño normalito, de los de olvidar salvo por un par de olas al final que lo endulzaron para salir del agua contentos.

Según fue transcurriendo la mañana, los cielos se volvieron a abrir, y con la pleamar las olas se ordenaron bastante más´.

Parar hoy tendremos olas de tres cuartos, vientos flojos, sol, y calor. Vamos, como si estuvieramos en agosto. La previsión es que tengamos olas durante toda la semana. Crucemos los dedos.