Baño abortado
Sin haberme podido meter en una semana, las olas de medio metro orientadas muy del norte se antojaban atractivas, así que no lo pensé demasiado.
Mientras le daba la vuelta al traje y me quitaba los zapatos me fijé como los aerogeneradores de Punta Lucero se daban la vuelta y el mar se empezaba a arrugar cerca del horizonte.
En cuestión de un par de minutos el vendaval llegó hasta la playa arrasando las pequeñas olas que hasta entonces llegaban ordenadas. Los cuatro gatos que había en el agua no tardaron en salir del agua.
Yo me volví a poner los zapatos, guardé el traje, y tiré para casa. Otra vez será.
Quizá sea hoy, a pesar del viento. Se espera que vaya rolando hasta soplar del sur a partir del mediodía, ya con olas más grandes, sobre el metro y medio, o incluso más.
Que mala pata tienes
ResponderEliminarEl arte se mide por lo que sientes al hacer algo. Menuda lirica
ResponderEliminarcomo si la lluvia fuera un problema. hay que surfearlo todo
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