20 minutos es suficiente

Ayer el mar volvió a ofrecer su mejor cara, dejando series ordenadas por el viento del sur y algún pico solitario.

Un viernes a la tarde no es el mejor momento si quieres un baño tranquilo, pero después de ver las opciones posibles, decidí intentarlo en un pico poco consistente pero que de vez en cuando te da alguna alegría.

Después de ponerme el traje frío y mojado, olvidado en el maletero desde el baño de ayer, tiré para allí viendo que iba a estar solo. Tan solo había visto romper una serie que parecía buena, el resto era un incógnita.

Estuve flotando durante un buen rato esperando la serie, bajé hacia la orilla con la esperanza de que rompiera algo potable, me pilló la serie, y volví a subir. Después de unos minutos conseguí tomar referencias y colocarme en el lugar adecuado.

Tuve 20 minutos de no parar, pillar izquierdas largas, remontar y volver a pillar. Una sonrisa en la cara. Luego, la marea empezó a subir y la ola empezó a desaparecer. Lo intenté durante un rato hasta que me di cuenta que era una lucha perdida y me retiré a casa con una sonrisa en el rostro.