Algo va a cambiar en Barcelona

A estas alturas ya todos hemos visto el vídeo el policía municipal de Barcelona, mascarilla en barbilla, identificando a un surfista por el mero hecho de meterse en el mar durante un día con olas en Barcelona.

El policía en cuestión solo cumplía órdenes. Bueno, salvo para decir en tono condescendiente que si había alguien se ahogaba iba a quitarse los zapatos y tirarse al agua, que era buen nadador.

En principio todo podía haber quedado en una anécdota como ya lo hizo en años anteriores, pero el vídeo se ha hecho tan viral que estoy seguro que algo va a cambiar.

El vídeo en Instagram lleva más dos millones de reproducciones, algo serio, pero más serio es la repercusión mediática que ha tenido la actuación policial.

Medios serios, con ediciones en papel, que son las que leen los de ahí arriba en sus despachos con vistas a la city barcelonesa, se han hecho eco del suceso.

El País, La Razón, El Mundo, El Periódico de Catalunya, han publicado en sus ediciones cómo la prohibición de Colau ha represaliado a humildes surfistas movilizando patrullas de la Guardia Urbana de Barcelona, mientras la ciudad vive ahogada en una crisis de seguridad.

Las protestas de la Federación Catalana de Surf esta vez han sido escuchadas, no por Ayuntamiento de Barcelona, si no por otros agentes políticos que, si bien les da igual si cuatro chavales con sus tablitas se pueden meter al agua cuando hace malo, han encontrado una piedra que lanzar a su rival político. Y eso es una golosina.

Ahora el Ayuntamiento deberá reaccionar, no le queda más remedio.

Auguro que Barcelona dejará de ser la única gran cuidad del mundo en prohibir el surfing. Creo.