40 años de miedo a los tiburones
Tres fueron los culpables de ello: Steven Spielberg, director de la película, John Williams el hombre que puso la música a la cinta con el inolvidable Dum dum, dum dum dum dum..., y Peter Benchley, la persona que escribió el bestseller.
Todo empezó cuando Benchley leyó una nota sobre un hombre que había capturado un tiburón blanco de dos toneladas en la costa de Long Island, una isla paralela a la costa de Nueva York y Connecticut, según reveló Benchley en una entrevista en 1999 con la revista 'Time'. De haí salió el libro, y más tarde la película.
Úna vez estrenada la película, miles de personas salieron en sus barcos a cazar tiburones para tenerlos como trofeos. No había remordimientos, eran animales rencorosos, ansiosos por matar.
Benchley quedó perturbado por el efecto que la película había generado entre la gente. "Sabiendo lo que sé ahora, es posible que nunca hubiera escrito ese libro", dijo años después.
Durante los años posteriores a la película, Benchley sufrió un proceso de sensibilización sobre la causa de los tiburones, y se fue comprometiendo cada vez más en la preservación de ese animal y de su entorno natural. De hecho, fue miembro del Consejo Nacional de la Defensa Medioambiental y escribió numerosos artículos para la revista National Geographic.
"El océano es la mayor zona salvaje del planeta, y la tenemos detrás de nuestra casa", dijo en una entrevista para la radio nacional estadounidense antes de su muerte en 2006. "Y, aunque no se nos ocurre adentrarnos en la selva con un bañador y sin más protección que un libro y un frasco de protección solar, nos parece perfectamente razonable entrar en esta inmensidad salvaje donde el 80% de las criaturas del planeta viven y tienen que comer".
Esta frase de Benchley da que pensar. Podemos tener el mar pegado a nuestro jardín, pero una vez que vamos al agua estamos en un universo totalmente diferente y donde las reglas no son las mismas.
Se estima que más de 100 millones de tiburones son pescados anualmente por el hombre. En 2013 hubo 13 víctimas confirmadas por ataque de tiburón. Es decir, por cada tiburón que mata a un ser humano se sacrifican 700.000 tiburones. Según National Geographic, existe una probabilidad entre casi cuatro millones de que te mate un tiburón y no suele haber más de cinco víctimas al año.
Como dato curioso en el año 1975 un joven de 27 años llamado steven spilberg presentaba en concurso oficial la película tiburón en el festival de cine de san sebastian ,en plena época franquista y la película no tuvo ningún premio ni repercusión mediática debió ser despues cuando fue reconocida.
ResponderEliminarEn serio?? Pues qué curioso!
ResponderEliminarme daba miedo hasta ducharme, y todavía ahora en ocasiones levanto los pies de la tabla, traumatizado me dejo...
ResponderEliminarEn mundaka se proyectó en abierto a los niños en las antiguas escuelas de tribisarrospe, y dejó tocada a una generación entera
ResponderEliminarPobrecitos
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