El milagro de las GoPro
Nick Woodman, el fundador de la empresa e inventor de las cámaras, nunca se pudo nunca que su producto iba a tener tanto éxito. Os recomiendo leer este artículo de "El Confidencial", donde David Pérez cuenta cómo un surfista arruinado llegó construir un imperio empresarial grancias a unas camaritas.
"Woodman eligió un mal año para lanzar una empresa de marketing online. La burbuja de las puntocom le estalló en las narices en el año 2000 y su proyecto digital, de nombre Funbug, se desinfló con ella. Arruinado tras el descalabro empresarial, este licenciado en Bellas Artes por la Universidad de California decidió hacer lo que más le gustaba en la vida: surfear. De hecho, eligió esa universidad porque las olas estaban cerca.
En 2002, emprendió un viaje por las playas de Indonesia y Australia, donde pronto observó que sus colegas surfistas tenían serias dificultades para fotografiar sus movimientos en el agua. Sobre la arena, concibió por primera vez el concepto de una nueva generación de cámaras que pudiesen utilizarse en todo tipo de deportes de acción. Allí mismo fabricó un primitivo soporte para su muñeca donde se enganchaba una pequeña réflex marca Kodak.
Aquel invento, al más puro estilo Chupa Chups, fue el principio. En origen, Woodman quería crear un tipo de cámara que sirviese a los surfistas para mostrar sus hazañas sobre las olas, pero pronto comprendió que el recorrido de la tecnología era mayor. Podría aplicarse en cualquier deporte extremo; además, en el mercado no existía nada parecido. Tan seguro estaba del valor de su idea que llegó a decirle a sus amigos que se haría multimillonario gracias a las cámaras.
Con 27 años, regresó a Estados Unidos con una buena idea pero sin un dólar. Su única propiedad era una vieja Volkswagen Van, y le sacó el mayor partido. Dentro de la furgoneta, donde también durmió durante una larga temporada, no solo preparó la documentación necesaria para registrar las patentes de sus cámaras. También la usó para financiar su startup, que fundó finalmente en 2003. No vendió el automóvil, pero lo usó para recorrer la costa de California junto a su esposa vendiendo cinturones de perlas y conchas que había adquirido en Bali por menos de dos dólares y revendía en Estados Unidos por sesenta."
Tenéis todo el artículo en esta dirección: Así obró un surfista arruinado el milagro de GoPro, la nueva Kodak
Anda que no me he pegado yo veces el movil al casco con la bici...
ResponderEliminar