Aprendiendo a hacer surf
Muchos de nosotros aprendimos solos, unos antes y otros después, y sabemos la dificultad de aprender sin ayuda. Siempre que hablo del tema con cierta persona me salta con la misma batalla acerca de que si aprendió junto con otros dos amigos con una tabla de tercera mano que pesaba más que el hormigón, y se iban turnando para usarla, junto con viejo traje de surf lleno de agujeros. Eran otros tiempos.
El otro día, al salir del agua, me encontré con un amigo al que hacía tiempo que no veía y que nunca había relacionado con el surfing, pero ahí estaba, con la tabla en el suelo y el traje colgado del retrovisor. Decidimos tomarnos un café para ponernos al día y me contó cómo había descubierto el surfing.
Me contó cómo un amigo le dejó probar con su tabla el pasado verano y le gustó, pero no pasó de ahí. No tenía plan en Semana Santa, vio un anuncio del Artsurfcamp, un suf camp en Galicia que ofrece cursos de surf para jóvenes y adultos, y decidió irse con una amiga hasta A Coruña. Flipó con la playa de Razo, donde está el surfcamp, una playa solitaria, de esos sitios de los que quedan pocos, la Galicia salvaje.
Alojarte enfrente de la playa, tablas blandas para no hacerte daño, trajes calientes, profesores que te enseñan, todo facilidades. Son otros tiempos.
Aún así, me comentó entre sonrisas que nunca en la vida había estado tan cansado como cuando acabó el primer día de clase. Pero le enganchó.
Ahora, con tabla y traje propio, me asegura que le veré muy a menudo en el agua.
Yo quiero aprender también. ¿Conoceis alguna escuela cerca de Bilbao? Galicia me pilla muy lejos
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