Viaje a Costa Rica II: Playa Hermosa
A la mañana siguiente, cuando despertamos vimos que la habitación era una mierda: camas viejas, sábanas sucias y un baño que daba verdadero asco. Por tanto decidimos mudarnos al Outbak Hermosa. Esas cabinas tenían otra pinta y aunque íbamos a estar fuera casi todo el día queríamos tener ciertas comodidades como el aire acondicionado. Jeff, surfista y veterano de la guerra de Irak nos enseñó las habitaciones y tras un ligero regateo nos dejó la habitación a 12 $ la noche.
Unas vez instalados fuimos a ver las olas y, sorpresa, estaba desfasado. Caían unos tronchos de tres metros totalmente desordenados y nadie en el agua. Eso no nos lo esperábamos pero decidimos tomarnos el primer día en Costa Rica de relax y nos dimos una vuelta por el pueblo para ver como era....
No se que idea nos habíamos hecho pero al ver que Playa Hermosa era una recta de 500 metros entre la carretera y la playa en la que se intercalaban cabinas para surfistas y las destartaladas casas de los ticos nos quedamos algo sorprendidos. Pasamos el día dando vueltas por la playa mirando donde nos podríamos meter al día siguiente, intentando tirar un coco del árbol y luego abrirlo y esas cosas. A la noche nos fuimos a cenar al Jammin, restaurante en el que mientras ves vídeos de surf con música reagge te puedes meter entre pecho y espalda un pollo con arroz, plato típico de Costa Rica y un buen batido de frutas.
Tras una jornada insulsa, nos levantamos al día siguiente a las cinco de la mañana y fuimos corriendo hasta la playa. El mar había bajado, no había viento y las series de olas tuberas de metro y medio llegaban sin cesar. A eso habíamos venido. Desayunamos mientras amanecía viendo como rompían las series. La ola en principio parecía asequible, tranquila hasta que cogía fondo, luego se levantaba y aumentaba el tamaño medio metro más y rompía con mucho tubo pero algo cerrona, no muy larga. Estaba al límite de nuestras posibilidades. Ya con la tabla nos tiramos al agua y lo que parecía sencillo de remotar fue un calvario. Por muy bien que hicieses el pato la fuerza de la ola te tiraba hasta el fondo del mar y no te dejaba salir. Sufrimos pero ya en el pico, solos, esperamos nuestra oportunidad. El take off tenía que ser muy rápido porque sino la ola te rompía en la cabeza. Lo intentamos varias veces pero no pudimos aprovechar ninguna ola. Fuimos pillándole el truco aunque siendo sincero estaba demasiado radical para nosotros. Salimos del agua dos horas después, ya había salido el viento de mar, con un par de olas aceptables cada uno pero con la sensación que el mar tenía que bajar más para nosotros....
Decidimos ir a Jacó a comer y para ello tomamos el autobús que pasa enfrente de las cabinas cada hora. Me lo imaginaba más sucio y lento pero me equivocaba. El único problema es que no sabíamos donde pararnos así que tuvimos que andar un poco al pasarnos la parada correcta.
Jacó me pareció lo contrario a lo que buscábamos. Un pueblo sucio lleno de tiendas para turistas y muy artificial. Me pareció curioso que casi en cualquier tipo de tienda, ya fuese una tienda de recuerdos, un tienda de ropa o una agencia de viajes vendieran tablas de surf. Muchas de esas tablas tenían un montón de años, sus dueños se habían desecho de ellas cuando sus vacaciones llegaban a su fin.
Nos dimos una vuelta por la playa y nos pareció curioso el puesto de socorristas con el caballo a sus pies. Las playa de Jacó está más protegida y sus olas no rompen mal pero el ambientillo que hay nos quitaba las ganas de meternos alguna vez en sus aguas.
Al día siguiente las olas eran todavía mejores, había bajado un poco el tamaño del mar, hacía sol y el viento era inexistente. Esta vez nos lo tomamos con más tranquilidad para elegir en que parte nos metíamos. Vimos un pico de derechas muy bonito al final de la playa, a la derecha y aunque había cuatro surfistas decidimos meternos.
Esta vez pasamos la rompiente bastante mejor y estuvimos observando a los demás antes de empezar a coger alguna ola. Había un surfista yanki con mucho estilo que pillaba todo lo que le llegaba. El tío se marcó unos tubos de derechas delante de nuestras narices impresionantes. El resto eran chicas, todas ticas que tenían un nivel superior al de todas las chicas que haya visto por aquí, superior al de muchos chicos también. Además un par de ellas estaban buenísimas con el bikini que llevaban (como me lea mi novia....). Una de ellas tenía un curioso detalle. Cada vez que pillaba una de esas olas tuberas y el labio le tiraba pegaba un gritito. La diferencia cultural supongo.
Después de disfrutar con el espectáculo nos pusimos manos a la obra y pudimos coger alguna ola decente aunque si soy sincero, alguna daba miedo por la fuerza que tenían. Fue el mejor baño que nos dimos desde que llegamos pero no estábamos en nuestra salsa.
Cuando volvimos a las cabinas de Hermosa decidimos que, al estar un poco perdidos y no convencernos sus olas, lo mejor sería alquilar un coche y así tener mayor libertad para movernos.
gracias S30. Todo el mundo me dijo que jaco era mas feo que pegar a un padre..asi que como nosotro solo teniamos 8 dias ni fuimos....
ResponderEliminarme has recordado una de las cosas que mas me gusto de CR en su gastronomia....de los gallopintos y los casados acabe hasta la polla si te digo la verdad....pero es q no habia otra cosa...aunque tuvieras pasata vamos...quitando ya los ultimos dias que nos dimos tratamiento de dioses porque no habia olas y nos fuimos al caribe , ( salsa braba estaba plato...asi que victor decidio que tocaba snorkel) y ahi me puse de red snapper( pargo ) con patacones( el platano frito) a reventar....
al final nosootro sno pudimos hacer surf cuando fuimos..pero los batidos de frutas mortalmente ricos
pinia en agua, mango en leche, guayaba,buffff...lo unico que tardaban en preparartelo un siglo tio...en plan...me estais estresaaaandoooooo...pero que narices....estaba de vacaciones!!!!
un saludo y queremos mas
La verda que la cocina tica es bastante limitada.
ResponderEliminarPara un par de semanas puedes subsistir a base de arroz, pollo y frijoles pero si estás ahí más tiempo te puedes volver loco.
El pargo lo probé pero ya te contaré donde. Muy bueno.